martes, 3 de noviembre de 2009

Psicopatía: un rasgo de la personalidad


El psicópata se caracteriza por una serie de elementos comunes. Generalmente son personas con una inteligencia superior a la media, muestran dificultades o incapacidad para empatizar con estados emocionales de otras personas, no conocen el sentimiento de culpa, no sienten miedo ninguno. Son emocionalmente planos, aunque sepan disimularlo. Un ejemplo claro y muy logrado es el personaje ficticio Dexter. En su versión original muestran como la voz en off, fría y sin prosodia ninguna, representa estos rasgos de su personalidad, en contraste con el diálogo que mantiene con otros personajes, en el que simula y modula claramente la voz y los gestos como ha aprendido de su padre.
La psicopatía es un rasgo de la personalidad, a diferencia de lo que muchas personas creen. No se trata de una enfermedad. La psicopatía es un grado y todos nos situamos en un punto del continuo. La mayoría de las personas nos situamos en un extremo muy bajo del continuo, somos capaces de ponernos en el lugar de otros, tomamos conciencia de nuestros actos y nos juzgamos por ellos, sentimos emociones como la culpa, la ansiedad o el miedo. El psicópata se encuentra en el extremo opuesto del continuo.
No hay que olvidar que este rasgo tiene a su vez dos polaridades: positiva y negativa. Una orientación positiva de este rasgo puede ser útil para la persona y para la sociedad. No es extraño encontrar rasgos psicopáticos en profesionales como bomberos, policías, médicos...héroes que han arriesgado su vida para salvar a otras personas. La ausencia del miedo les capacita para realizar acciones que requieren una cabeza fría. Estas personas están perfectamente socializadas y no necesariamente llaman la atención de sus conocidos. La mayoría de los psicópatas son personas calificadas como encantadoras, inteligentes, carismáticas. El polo positivo o negativo puede depender mucho de la educación que recibe el niño psicópata. Una familia estable, en la que predomina un modelo educacional equilibrado en el que se le inculcan las normas sociales adecuadas al tiempo que se da cariño y afecto pueden ser facilitadores de una orientación positiva del rasgo, aunque no es determinante. Ansían la notoriedad, la atención y el reconocimiento por sus actos, bien sean heroicidades o crímenes. Es por esto que muchos asesinos “juegan “ con la policía, dejan pistas o “firman” sus crímenes. Algunos acaban confesando con tal que se sepa que fueron ellos los autores materiales.
No es un rasgo raro en la sociedad, aunque sí lo es que lleguen a asesinar. Muchos acaban siendo personas egoístas, triunfadoras.
El psicópata asesino planifican sus crímenes con detalle. Son minuciosos, observadores, pacientes. El crimen pasional no es atribuible a un psicópata, sino al sociópata. Sí lo es el crimen reflexionado, elaborado, trabajado, preparado. Esto se refleja en detalles como el seguimiento y elección de la víctima, la espera, la preparación del escenario del crimen, la crueldad, el ensañamiento, el ritual...
El psicópata no es rehabilitable. El psicópata nunca mostrará remordimientos. A lo sumo se arrepentirá de errores cometidos que lo imputen o que lo desvirtúen. Nunca mostrará empatía o lástima por sus víctimas. Un psicópata es un peligro en potencia para la sociedad, es altamente reincidente. Un psicópata no cambia, pero aprende.
Es importante poder detectar rasgos psicopáticos en niños para poder orientar y controlarlos adecuadamente y así evitar que se conviertan en un peligro para otras personas. La educación es un factor importante. La socialización es clave.
El sociópata es el delincuente común. No es necesariamente más inteligente que la media, sino con frecuencia esta por debajo de la misma. Suelen proceder de familias desestructuradas o con poca disciplina, de ambientes sociales empobrecidos, que no necesariamente económicamente bajos. Son personas que no han sido debidamente socializadas por una educación deficiente, de los padres, de la escuela, del entorno o la suma de los mismos. Sus crímenes no son necesariamente premeditados, son torpes y cometen errores, son personas impulsivas, agresivas o irascibles, de baja autoestima y faltos de autocontrol.
Me he animado a escribir este pequeño artículo, dada mi formación como psicóloga, por una noticia que ha vuelto a los medios de comunicación y que está dando mucho que hablar últimamente. No quiero decir nada más allá de lo reflejado y creo que es suficiente para transmitir mi opinión e indignación al respecto de lo ocurrido en el año 94. Juzgad vosotros mismos.

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