jueves, 14 de enero de 2010

Abusas tú, abuso yo

Hoy me he levantado de la cama, tras una noche y una mañana de infatigable tormenta de aire y como buena convaleciente me trasladé al sofá y puse la televisión. Estaban dando un programa de debates en el cual habían invitado a varias personas para debatir sobre un tema que nunca deja de estar de moda: la violencia de género. Entre los invitados están dos mujeres importantes: Cristina Almeida y la jueza Sanahuja.

¿Dónde ha llegado esta sociedad en la que se confunden víctimas y agresores por igual?

¿Dónde queda el sentido de la justicia, la ley, las garantías que ésta debe ofrecernos?

¿Desde cuándo la presunción de inocencia es una atrocidad?

¿Desde cuándo garantizar los derechos de TODOS es fallar a las víctimas?

Es obvio que existe un problema en nuestra sociedad que afecta principalmente, aunque no únicamente, a las mujeres. Las características de nuestra sociedad, nuestra educación, las costumbres que arrastramos, en general pueden desproteger a las mujeres frente a diversos abusos. No sólo domésticos, sino también laborales y económicos. No hay duda alguna. A día de hoy, en muchas empresas las mujeres seguimos cobrando un sueldo inferior al de nuestros compañeros. Hay que luchar por la igualdad de derechos, sueldos, y oportunidades para ambos sexos.

Pero ni todos los hombres son maltratadores, potenciales o activos, ni todas las mujeres somos víctimas. ¿Cuándo hemos pasado a tolerar que una mujer pueda denunciar sin prueba alguna a un hombre y que dicho hombre sea condenado sin velar por su derecho más básico y fundamental: la presunción de inocencia? ¿ O acaso vivimos de nuevo en una dictadura, en la que no importa la verdad, en la que los derechos se reservan a unos pocos, en la que la opresión prima? ¡Es una locura! Es una Inquisición. Si el vecino me molesta con la música, pues le denuncio: me agredió en el ascensor. Que mi marido puede tener una aventura, pues le denuncio: me maltrata a puerta cerrada. O lo que es peor, utilizo a mis hijos contra él: abusa de ellos.

No quiero decir con esto que una mujer que denuncia no deba ser ayudada, protegida. Digo que debe emprenderse una investigación como en todo proceso penal, reunir pruebas condenatorias y por tanto demostrar que ha habido un maltrato por parte de una persona. Entre rejas hay muchos hombres inocentes, ellos también son víctimas y lo son tanto como las mujeres que realmente son maltratadas. Es más, las denuncias falsas no hacen más que daño a las mujeres que realmente necesitan recursos para protegerlas. Hay que informar a las mujeres sobre cómo han de denunciar. Si todos tenemos los mismos derechos, también los tenemos ante la ley. Si me han de condenar por un delito, que lo hagan mediante las pruebas pertinentes e irrefutables de mi culpabilidad. Hay muchas formas de lograr pruebas: grabaciones, cámaras ocultas, vecinos que pueden ayudar, testigos…

Esto me recuerda cómo es el modus operandi de las mujeres y de los hombres. Los hombres no son sutiles, a la hora de agredir no son escrupulosos. S matan eligen formas violentas, sangrientas. Las mujeres no. La típica viuda negra envenena poco a poco, es paciente, cauta… Del mismo modo que elige divorciarse de su marido y dejarle sin nada, sacarle la sangre, denunciarle ante la ley por un falso maltrato. Por suerte no todas las mujeres somos así, de hecho sigue siendo una minoría. Pero existe y es un delito como cualquier otro tipificado por la ley. Si nos paramos a preguntar por la calle a los sin techo de la calle, veríamos que muchos acabaron donde están tras un divorcio, que toda su pensión va directa a la ex mujer y por ello no tienen para vivir. ¿Acaso no es esto una situación que deba controlarse? ¿No tienen derecho estas personas a percibir su pensión o una ayuda si no tienen suficiente para pagar la de sus hijos y la suya propia?

Cada caso es único, no cabe duda. No soy juez ni abogado pero imagino lo duro que debe ser si uno sigue siendo fiel a sus principios profesionales de velar por los derechos de todos, discernir entre un maltrato real y uno inventado, porque puede haber vidas en juego… Es un tema escabroso, y el hecho de que deje tras de si tantas muertes no ayuda a que la sociedad mantenga la calma suficiente y necesaria para mantenerse objetiva. Las personas preferimos cerrar los ojos ante la horrible evidencia de que existan mujeres que sean capaces de hacer uso fraudulento de su derecho a ser protegidas y de su aparente fragilidad ante el sexo masculino, para manipular a otras personas, para obtener venganza o para beneficiarse, a costa de otras mujeres que quedan desprotegidas ante la falta de medios de atender todos los casos. Está habiendo un abuso y debemos frenarlo ya.

Muchas mujeres que lean esto se ofenderán o incluso escandalizarán, pero no debemos olvidar que si queremos realmente que exista igualdad entre hombres y mujeres debemos proteger los derechos tanto de mujeres como de hombres. En teoría el feminismo defiende la igualdad de derechos. Pero en la práctica, el feminismo no es mejor que el machismo, es simplemente el extremo opuesto de un mismo pensamiento egoísta. El hombre no es mejor que la mujer pero por supuesto la mujer no es mejor que el hombre. Por tanto el feminismo no tiene sentido. Únicamente el igualitarismo debe tener cabida en la sociedad y en nuestras mentes.

En definitiva: No concibo que en este país ni en ningún otro se pierda la esencia del derecho y se dicten sentencias condenatorias sin pruebas fiables que demuestren la culpabilidad del reo.

(Soy de izquierdas pero no gilipollas)